La tecnología puede cambiar la forma como los políticos toman decisiones

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22 Septiembre 2016

En el modelo más clásico quizá, el cruce de caminos entre la tecnología y la política suele ser el nivel de lobby que la industria ejerce, o intenta ejercer al menos, sobre congresistas, entes reguladores e incluso presidentes.

El paradigma tal vez sea la pasada campaña presidencial de Barack Obama, en la cual el candidato conformó un equipo digital que, más que comunicaciones, diseñó toda una suite de herramientas de tecnología para saber en tiempo real el resultado de votaciones o conocer cuáles son los grupos de población indecisos o más proclives a votar en ese momento por el Partido Demócrata en Estados Unidos.

Estas interacciones representan una comunicación de una vía: de la figura política hacia el electorado, pero excluyen el otro sentido: cómo los votantes pueden influir en las decisiones de los políticos que ayudaron a elegir. El concepto de fondo no es un asunto nuevo, aunque su reinterpretación a través de la tecnología sí presenta un lado novedoso en la ecuación de la democracia, imperfecta, por decir lo menos.

Esta es la idea que anima un proyecto de Seamos, un colectivo ciudadano que busca crear una plataforma para que la representación política se ejerza de forma más directa y en constante contacto y participación del ciudadano, del votante. “Lo que queremos es actualizar la democracia y que la representación política se dé en tiempo real y no cada cuatro años”, cuenta Luis Ernesto Gómez, líder de la iniciativa.

La cosa funciona así. La plataforma cuenta con una serie de políticos que se suscriben a ella y que deben someter parte de sus decisiones a votación del público. El resultado de esta consulta es vinculante para el político participante, incluso si su voto iba a ser contrario a lo dicho por el público. Esta plataforma, cuya construcción apenas comienza, cuenta con el apoyo de siete políticos colombianos, entre los que se cuentan tres concejales y dos diputados de asambleas departamentales.

La idea de Seamos es realizar pruebas pilotos en las ciudades capitales del país en el primer semestre del próximo año, o sea, vincular a la ciudadanía con decisiones políticas reales.

El software permite que los miembros de la comunidad deleguen sus votos a otra persona para ciertos temas. El punto de fondo es que la plataforma construye un sistema de confianza alrededor de las capacidades y el mérito, no de la audacia política. Por cierto, los votos delegados pueden ser retirados en cualquier momento, lo que evita que alguien gane demasiado poder en una comunidad que busca ser horizontal.

“La democracia puede adoptar el uso de tecnología para actualizarse, de la misma forma que está sucediendo en otros sectores. Y creo que el momento actual, con la discusión de los acuerdos de La Habana, es el escenario ideal para discutir de nuevo cómo se da la participación política en nuestro tiempo”, finaliza Gómez.

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