¿Por que a los Colombianos les cuesta construir Democracia Participativa?

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24 Agosto 2017

En Colombia, la política ejercida por profesionales es motivo de excepcional recelo y razonable descreimiento, con algunas raras salvedades.

Las redes sociales y los medios de comunicación parecen reflejar de manera consistente tres formas de entenderla: 1) la indiferencia de quienes ignoran cuánto afecta su vida cotidiana; 2) la tentación de oficiar solo de críticos en un cotidiano muro de las lamentaciones, y 3) el clamor de que “hay que hacer algo”, a la espera de que alguien más lo haga. Santiago Castro Gómez, doctor en filosofía de la Johann Wolf-gang Goethe-Universität, de Fráncfort, habla  de cómo opera la filosofía política, qué tiene que ver con la democracia, cómo nos afecta y por qué América Latina y Colombia han tenido dificultad en la comprensión y aplicación de conceptos como democracia y libertad.

" Todos somos ciudadanos, compartimos un mismo ‘ethos democrático’ aunque tengamos diferencias ideológicas. Vivimos un momento histórico en el que, por primera vez, los colombianos tenemos la oportunidad de construir una democracia real en la que los enemigos de antes puedan vivir como antagonistas". aseguró Santiago respecto al nacimiento de la democracia en Colombia específicamente. 

"El Estado debe crear las condiciones para que ningún ciudadano tenga que vivir sometiendo su voluntad a la arbitrariedad de la voluntad de otros".

Además el doctor en Filosofía Santiago Castro afirma que la democracia en Colombia a sido un proceso complicado y fracturado debido a que es un problema que compartimos con todos los países de América Latina. Esta región del mundo fue incorporada a la modernidad mediante la expansión colonial de Europa. Esto significa básicamente que los procesos de modernización (incluidos los de modernización política) se han dado junto con la reproducción de herencias coloniales y, en algunos casos, en dependencia directa de ellas.

El resultado es que toda una serie de tendencias antidemocráticas ligadas a esas herencias (la aspiración a la blancura, el patrimonialismo de las élites, el gamonalismo, el machismo) han dificultado enormemente la modernización política de estos países.

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