Mujeres del poder político ganaron sus espacios

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08 Marzo 2018

La Asamblea tiene más paridad en la participación de las mujeres. Pero aún no hay más representación en las listas de candidatos que están encabezadas por hombres.

Hace 89 años votó la primera mujer en Ecuador y en América Latina para las elecciones nacionales. Matilde de Procel, quien fue también la primera médica del país, pidió ser registrada para sufragar en 1924, pero le otorgaron ese derecho en 1929. Desde entonces las mujeres han ganado a pulso y lucha espacios en la vida social, económica y política.   

Actualmente, en la Asamblea hay más paridad en la participación femenina. Pero eso no significa la representación de los intereses de género. Hay 51 asambleístas mujeres del total de 137. Sus colegas varones son la mayoría, es decir, 86.

Gabriela Larreátegui, de SUMA, recordó que son el 38% del total en el Legislativo porque en las elecciones la mayoría de las listas estuvieron encabezadas por hombres. “Hemos luchado para estar aquí, no es que nos hayan cedido más los espacios”, dijo a este diario.

Alianza PAIS (AP), antes de la ruptura, tenía el mayor número de parlamentarias: 35. Lo seguía de lejos la exalianza CREO-SUMA, con siete mujeres. El Partido Social Cristiano-Madera de Guerrero (PSC-MG) con seis legisladoras y el Bloque de Integración Nacional (BIN) tiene  tres.

En cambio, en las 13 comisiones la situación de paridad es así: hay cinco presidentas y seis vicepresidentas. En dos comisiones, la de Relaciones Internacionales y la de Fiscalización, hay dos presidentas y vicepresidentas. Mientras en la Comisión de Desarrollo Económico y la de Régimen Económico, consideradas las más importantes, no hay ninguna mujer de titular ni segunda a bordo.

La Comisión de Participación Ciudadana, la única de la oposición, tampoco tiene una asambleísta como autoridad y solamente hay una legisladora: la guayaquileña Mayra Montaño, del PSC-MG.

En el hemiciclo legislativo no hay discriminación, dijo Wilma Andrade, del Bloque de Integración Nacional (BIN). “Hay respeto ganado a pulso, porque las mujeres lucharon por esos espacios y demostraron capacidades políticas y dieron la cara”.

Sin embargo, aclaró, el manejo político de la Asamblea tiene beneficios para los hombres. “Ellos pueden encontrarse fácilmente, nosotras tenemos más responsabilidades en la casa y con los hijos”.

 

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