Barcelona se ha convertido en la primera capital de la innovación europea. El anuncio del premio ha sido el broche final de dos intensas jornadas celebradas en Bruselas bajo el nombre de Invention Convention.
Europa quería reconocer el papel de las ciudades como "catalizadores" de la innovación. Tras recibir casi 60 propuestas (sólo podían presentarse aquellas con más de 100.000 habitantes), tres fueron escogidas como finalistas: Barcelona, Grenoble (Francia) y Groninga (Países Bajos).
La decisión ha sido "muy complicada", ha dicho la comisaria Máire Geoghegan-Quinn. El jurado ha tenido en cuenta factores como la unicidad de las ciudades, su enfoque holístico de la innovación ("con un éxito en una sola área no es suficiente"), la creatividad y la calidad. Barcelona lo tiene todo. El jurado ha caído rendido a sus pies.