La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, manifestó este martes su beneplácito por las multitudinarias y "grandiosas" protestas que arrastraron el lunes a unas 240.000 personas en al menos 12 ciudades del país para reprobar, entre otros puntos, la corrupción y los gastos del gobierno en citas deportivas.
"Brasil amaneció hoy más fuerte. La grandeza de las manifestaciones de ayer comprueban la energía de nuestra democracia, la fuerza de la voz de la calle y el civismo de nuestra población", dijo la mandataria en un breve discurso pronunciado en Brasilia.
Agregó que es "muy bueno ver tantos jóvenes y adultos (...) juntos con la bandera de Brasil, cantando el himno nacional, diciendo con orgullo 'soy brasileño' y defendiendo un país mejor. Brasil está orgulloso de ellos", dijo la presidenta.
El movimiento comenzó hace pocas semanas con un reclamo contra el aumento de la tarifa de transporte público en Sao Paulo y se diseminó por todo Brasil, sumando a ese primer reclamo el repudio a la represión policial, la corrupción y los gastos millonarios del gobierno en la organización del Mundial de 2014 y la Copa Confederaciones.